NO VÁLIDO
CALLE VALENCIA
En el año 1988 compré una casa en la calle Valencia que era una alfarería ya en desuso. Durante tres años la rehabilité y en septiembre de 1991 ya vivía en ella. Había dejado mi trabajo en el CEIP "Antonio Machado" de Peal de Becerro para empezar una carrera de veinticinco años en el CEIP "Pero Xil" de Torreperogil.
La primera vez que vi la calle Valencia el máximo atractivo que encontré en ella fue la cantidad tan grande de árboles que tenía. Me alegré mucho y también me entristecí al comprobar que eran ejemplares viejos de Ailantus Altíssima , el árbol al que yo aprendí desde hacía mucho tiempo a desdeñar. También había algunos , pocos , magníficos olmos.
Los ailantos, al menos , proporcionaban una excelente sombra en verano y en invierno, al quedarse desnudos permitía que los rayos de sol entraran en todo su esplendor en mi excelente biblioteca que estaba orientada al sur.
Yo sabía que la suerte de los ailantos estaba echada y a los pocos años desaparecieron y fueron suplidos por cerezos del japón que tenía una bellísima semana en primavera pero que eran incapaces de parar al duro sol del verano puesto que no alcazaban la altura deseada.
Con la reestructuración de la calle se presentó la oportunidad de dotarla de un arbolado digno de ella. Convencí al entonces alcalde Marcelino Sánchez para que se pusiesen árboles que cumpliesen a la perfección lo que se necesitaba en la vía pública : sombras tupidas en verano , calidez del sol en invierno , poca agresividad en el suelo y en las casas , belleza ..... Los árboles elegidos fueron los tilos . Los tilos presentaban un inconveniente : eran de crecimiento lento. Pero lo importante no era la inmediatez sino mirar a medio o largo plazo.
Pero un buen día , por orden de una nueva autoridad , se decidió arrancar los tilos para , según me dijeron después de intentar evitarlo, trasladarlos a otro lugar "más vistoso". Algunos se escaparon y ya están empezando a tener las virtudes que les caracterizan. El resto fueron suplidos por naranjos y aligustres , que no cumplen la función que deben tener en una calle tan amplia puesto que en algunos sitios , para viviendas unifamiliares , la separación entre aceras puede ser de hasta 15 metros , como cualquiera de las grandes avenidas de la ciudad.
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